Opinión
Los empresarios colombianos pueden redefinir el progreso*

Por: Jabar Singh
Presidente y CEO Scotiabank Colpatria


Soy un latino nacido en los Estados Unidos y criado en la República Dominicana. Llevo en Colombia más de cinco años, sintiéndome un ciudadano más de este país. He conocido de primera mano cómo el empresariado ha adquirido una responsabilidad fundamental en la transformación a nivel nacional, especialmente en tiempos de desafíos económicos, sociales y culturales. Entiendo que la labor de los empresarios no solo es generar valor económico, sino también liderar un cambio positivo y sostenible en todos los sectores de la sociedad.

Aunque en Colombia hemos enfrentado momentos difíciles, la estabilidad institucional y la resiliencia del sector privado han demostrado ser pilares sólidos para construir un futuro próspero. La inflación ha comenzado a moderarse, las tasas de interés están bajando, y el crecimiento económico muestra señales de repunte, lo que nos ofrece una oportunidad única para invertir y desbloquear nuevas oportunidades.

Por ejemplo, desde el sector financiero del que hago parte y de la mano con el Gobierno Nacional, hemos consolidado recientemente el Pacto por el Crédito, trazándonos como meta la movilización de más de 55 billones de pesos hacia sectores como la vivienda, manufactura, agropecuario y economía popular. Este acuerdo ha facilitado el acceso al crédito y ha promovido el desarrollo regional, impactando positivamente a miles de familias y empresas en todo el país. Solo en el primer mes, ya se desembolsaron 10,6 billones de pesos, la mayoría de estos recursos otorgados para vivienda e infraestructura.

Aunado a este propósito que se da desde el frente que me atañe, estoy seguro de que los colombianos pueden construir el país que desean, teniendo en cuenta que es fundamental fortalecer la institucionalidad y generar un ambiente de confianza que fomente la inversión. Debemos ser conscientes que, aunque enfrentamos grandes desafíos, las oportunidades también son inmensas.

Contamos con grandes ventajas estratégicas como la ubicación geográfica, los recursos naturales y el potencial para desarrollar infraestructura. Sin embargo, es crucial que el crecimiento económico esté alineado con políticas claras y justas, en las que se pueda garantizar que más colombianos tengan acceso a oportunidades reales de desarrollo.

En conclusión, el futuro de Colombia depende de nuestra capacidad para trabajar juntos, empresarios, gobierno y ciudadanos, en la construcción de un país más justo y próspero. La clave está en aprovechar nuestras fortalezas y enfrentar los desafíos con determinación y optimismo. Solo así podremos asegurar que cada colombiano tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al desarrollo sostenible de la nación. Es momento de actuar con responsabilidad y visión, para que las generaciones futuras hereden un país lleno de oportunidades y esperanza.

*Columna publicada en el diario El Tiempo el 3 de noviembre de 2024